Estimada gobernadora, estimados gobernadores, estimado jefe de Gobierno. Según entiendo, han pasado algunos días de esta semana en la Ciudad de México. Para conmemorar los quince años de la Conago. Y entre mucho festejo, les alcanzó el tiempo para quejarse amargamente del nuevo sistema de justicia penal, el que tuvo ocho años de gestación y que ustedes (o algunos de ustedes) celebraron por todo lo alto hace apenas trece meses.
¿La solución que exigen? Una reforma a la reforma para ampliar la lista de delitos que detonen, de cajón, prisión preventiva para los inculpados. No suena irrazonable su demanda, pero hay dos cosas que producen escozor. Primero, están argumentando con anécdotas y especulaciones, no con datos. Segundo, están exigiendo un cambio legislativo cuando ustedes (o la mayoría de ustedes) no han hecho la parte que les corresponde ¿O me van a decir que todos tienen funcionando al cien su unidad de medidas cautelares? ¿Todos ya dispusieron más recursos para los servicios periciales? ¿Todos ya le entraron a la reforma de su policía de investigación?
Les propongo entonces un trato. Produzcan datos y hagan su parte en la transformación del sistema y discutimos todas las reformas que quieran.
*Lea el artículo completo en El Universal