A un año de mi llegada a México, tengo numerosas experiencias que me desafían no sólo como funcionario internacional de derechos humanos, sino también como ser humano.
Se trata de experiencias que me han sacudido, como los encuentros con familiares de personas desaparecidas, de un estado al otro. Desde el sufrido estado de Guerrero,pasando por Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Morelos, Jalisco, Tamaulipas, hasta las heróicas mamás de Veracruz que lograron el macabro hallazgo de 254 cuerpos en las superficialmente idílicas Colinas de Santa Fe.
Quienes defendemos los derechos humanos sabemos que si bien el hoy no es nuestro aún, el mañana sin duda lo será. La ONU-DH, junto con múltiples actores, incluyendo a las agencias hermanas de las Naciones Unidas, está plenamente comprometida con este cambio y trabaja perseverantemente para lograrlo.
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