Esta semana se cumple un mes del asesinato de Javier Valdez Cárdenas. En muchas ciudades del país se preparan actividades para el reclamo conjunto y en otros países se insiste, igualmente, en convertir a Javier en un referente de las sistemáticas violaciones al ejercicio libre de la expresión en México.
El activismo no pierde vigor hasta ahora, con todo y los tropezones naturales en el camino para generar un movimiento sin cabezas visibles, sin líderes, sin intereses, más allá de la fundamental justicia para un asesinato. Pero siempre buscando no quedarse en un solo caso, en un país donde se cuentan por miles. Javier Valdez no es todos los casos de violaciones y asesinatos, es al revés, todos los casos deberían ser el de Javier.
Durante estas semanas muchos se hacen oír, con las herramientas que tienen a mano: con pinceles vuelven parlantes a las paredes, con retazos de tela engrandecen el reclamo de justicia, con palabras firman desplegados…y así, con unos y otros, el grito sigue haciendo eco.
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