*Sumado al antimonumento de los 43, ahora el monumento a los 49 no seguirá recordando que el dolor no se irá mientras no haya una verdadera e integral justicia.
Ciudad de México, 3 de junio de 2017. Cada aniversario del incendio de la Guardería ABC, cada 5 de junio desde hace ocho años, es una fecha dolorosa sobre todo para quienes perdieron ahí a lo más preciado de sus vidas, pero también lo es para un amplio sector de la sociedad que ha acogido el caso como propio gracias a la incansable y amorosa lucha de estas madres y padres.
El dolor viene no solamente del hecho de que se le haya arrebatado la vida a 49 niños y niñas y se haya dejado con lesiones a 70 más, lo cual en sí es ya una tragedia inenarrable en cualquier sociedad, sino sobre todo de saber que la impunidad que campea en el país se ha impuesto también aquí hasta ahora y sigue produciendo víctimas.
A ocho años no sólo las causas de la tragedia no son claras mientras se acumulan miles de hojas de expedientes, sino que los procesos penales han denegado la justicia a las familias. Ni todos los dueños de la guardería ni los funcionarios federales de medio y alto nivel que con responsabilidades en los hechos fueron tocados por la investigación; dos de los empresarios beneficiarios del esquema de subrogación de las estancias infantiles se vieron beneficiados con una resolución absolutoria anticipada, mientras que contra funcionarios como el entonces director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), su sucesor, el exgobernador de Sonora y la Coordinadora Nacional de Guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social, la Procuraduría General de la Republica (PGR) no presentó consignación ante ninguna autoridad jurisdiccional.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, por su parte, resolvió que hubo violaciones graves a derechos humanos pero señaló hacia abajo en las responsabilidades: a dos funcionarios del IMSS, tres del estado de Sonora y dos del ayuntamiento de Hermosillo.
Hace apenas un año se dictó sentencia a 22 personas procesadas, absolviendo a dos y condenando a 19 por delitos no graves, como homicidio culposo, lo que significa que la justicia no sólo llegó tarde sino que llegó mal. La sentencia está actualmente en revisión, y madres y padres del Movimiento 5 de Junio han manifestado que esperan que el juez que debe resolver se comporte de forma ética e imparcial y se pueda abrir la puerta a que al menos algunos de los responsables sean castigados.
Sin embargo, es importante precisar que la lucha de las madres y padres no ha sido estéril: la enorme presión que generaron y su propio trabajo de escritorio obligó a que en 2011 se aprobara y promulgara su iniciativa en forma de la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil, conocida como “Ley 5 de Junio”, que busca evitar que se repitan tragedias parecidas.
Las familias han insistido en que a pesar de este enorme logro, el gobierno mexicano sigue sin garantizar las condiciones adecuadas en las estancias infantiles del país y han venido denunciando que diversos estados ni siquiera han promulgado o armonizado sus leyes estatales para incorporar estos estándares de cuidado infantil. Con posterioridad a la tragedia se ha detectado el fallecimiento de 45 niñas y niños en estancias infantiles, de acuerdo con una recopilación de casos retomados en la prensa nacional. Con su habitual tesón, madres y padres ya comunicaron esta información a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, instancia que desde el año 2014 revisa el caso.
La tragedia de la Guardería ABC anunció desde hace ocho años lecciones que las autoridades no han querido aprender: mientras las víctimas no reciban verdad, justicia y garantías de no repetición, sus voces no callarán. Con movilizaciones, monumentos y una estrategia legal, la exigencia de justicia seguirá pinchando la coraza de la impunidad.
Hoy, a 95 meses del incendio, las madres y padres de las y los 49 bebés a quienes se segó la vida materializaron el reclamo. Sumado al antimonumento de los 43, ahora el monumento a los 49 no seguirá recordando que el dolor no se irá mientras no haya una verdadera e integral justicia.
*Artículo publicado en Animal Político.