Es importante considerar que el contexto mexicano actual impide la colaboración certera y responsable entre el gobierno y la sociedad civil. En gran parte por eso decidimos repensar nuestros acuerdos de participación. Hay 33 periodistas asesinados por su labor periodística en la administración de Enrique Peña Nieto; ecocidios a cambio de turismo y cadenas hoteleras; concesiones a mineras que no rinden cuentas; designaciones de los titulares de los órganos internos de control sin transparencia y participación ciudadana; contratos multimillonarios de infraestructura a cambio de unas cuantas casas blancas; una persecución contra investigadores en materia de salud, que reconocen el daño de los alimentos que consumimos, y un presidente que se burla de la Alianza para el Gobierno Abierto tomando coca cola en cadena nacional.
La Alianza para el gobierno abierto es y será un mecanismo de negociación sin precedentes entre la sociedad civil y el gobierno. El núcleo de organizaciones, las diez que lo conformamos, seguiremos impulsando la agenda y protegiendo lo construido, pero no con este gobierno, no con un gobierno que desconoce los acuerdos, no con acuerdos copulares, pactados desde la simulación.
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