Si queremos reducir el costo en vidas, es necesario prestar atención a la manera en cómo se utiliza en México el concepto de riesgo. En 2016, 70% de los mexicanos nos sentíamos inseguros (INEGI). ¿Cómo reaccionamos frente al peligro? La mayoría sólo cambia de hábitos porque carece de conciencia y recursos. Otros entienden lo que pasa y toman medidas para anticiparse. Los gobernantes se sirven recursos con cucharón pozolero.
A Enrique Peña Nieto lo protegen cinco mil elementos (cifra aproximada) del Estado Mayor Presidencial, proliferan las escoltas y los blindados y el gobierno de Tamaulipas pagó durante años los salarios y viáticos de 12 escoltas para dos exgobernadores que andaban huyendo de las cortes estadounidenses (Eugenio Hernández y Tomás Yarrington)
Los defensores de derechos humanos y los periodistas en riesgo estamos indefensos.Podemos recurrir al Estado pero sirve de poco. El caso de la tamaulipeca Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez ejemplifica el desamparo; la ejecutaron pese a que tenía conciencia sobre el riesgo que corría y tras haber solicitado una protección escatimada.
Es urgente que se coordinen y mejoren sus análisis de riesgo, que consideren amenazas que ahora ignoran (el uso de redes sociales para difamar y de las de mandas de daño moral para intimidar).Ya mataron a Doña Miriam, tienen que proteger a liderazgps como el de Guillermo Gutiérrez Riestra, quien organiza víctimas mientras busca a su hija Raquel, secuestrada en 2010. El tejido social se restaurará y la mortandad se reducirá cuando el concepto de riesgo esté al servicio de las víctima y de impunidad.
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