Este refugio, el único lugar de atención a migrantes con un espacio dedicado a la población LGBTTTI en México, toma su nombre de en memoria de los 72 migrantes masacrados por Los Zetas en 2010 en San Fernando, Tamaulipas.
Siendo conscientes de que la homofobia y transfobia agravan la situación de las personas migrantes, «La 72” abrió dos dormitorios con capacidad para 12 personas para brindar especial atención a la comunidad LGBTTTI. Fray Tomás explicó que, cuando “empezamos a analizar los testimonios que nos daban, veíamos que todas las personas LGBTTTI, sobre todo las mujeres trans, eran mucho más vulnerables que incluso una mujer”
Violaciones y acoso son las agresiones más comunes a las que se enfrentan las mujeres migrantes y que, según el fraile, se “multiplican, son más para una mujer transexual”. Igualmente, las mujeres transexuales también son doblemente vulnerables de ser víctimas de violaciones de derechos humanos por parte funcionarios del Instituto Nacional de Migración y policías.