La violación de derechos humanos se materializa en sus peores formas. La corrupción entonces deja de ser un delito común y debe ser considerada crimen de lesa humanidad. En consecuencia, la identificación de complicidades y métodos de articulación delictiva es indispensable en la resolución integral de casos de corrupción que impliquen violación de derechos humanos.Asumir que un solo individuo es el único responsable de la catástrofe económica y la crisis de derechos humanos que atraviesa una entidad federativa es blindar al resto de los integrantes que operaron la red criminal que le permitió enriquecerse lícitamente. Si se busca verdad, justicia y rendición de cuentas, se requiere no solo abordar un caso de corrupción en términos de desvío financiero y fraude a la nación, sino considerar los daños irreparables que se ocasionaron a la sociedad.
¿Habrá voluntad para distinguir entre un raterillo de altos vuelos y una red de delincuencia articulada que viola sistemáticamente los derechos humanos?
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