La Coordinadora de Pueblos Unidos por el Cuidado y Defensa del Agua (Copuda) agrupa a 16 comunidades de los valles centrales de Oaxaca, de los distritos de Ocotlán y Zimatlán, que desde hace 10 años luchan por un acceso justo al vital recurso acuífero a partir de prácticas comunitarias para su cuidado, aprovechamiento y regeneración sustentables.
La escasez de agua en los valles centrales no proviene de un uso irracional por parte de las comunidades indígenas. Fue el gobierno federal la instancia que desecó las ciénagas de la región, con la justificación de ampliar la tierra disponible para campos de cultivo. El decreto veda, las concesiones y los criterios de renovación y los altos costos por la energía eléctrica que impactan de manera directa a la agricultura, forzando el abandono de la misma, provocando la migración, especialmente de los más jóvenes, y afectando con ello la vida y la reproducción de las comunidades campesinas zapotecas.
Copuda y Flor y Canto demandaron formalmente a la Conagua, en el año 2011, que realizara un proceso de revisión y posible modificación del decreto de veda de 1967, obteniendo una respuesta negativa con el argumento de no tener competencias para hacerlo. A partir de entonces, la solicitud de revisión y suspensión del decreto entró a los tribunales competentes, sobre la base de que dicho decreto violenta el derecho a la consulta, libre, previa e informada, así como el derecho preferente para el uso y aprovechamiento del agua.
A partir del 8 de febrero de 2017, la consulta ha entrado en su tercera etapa, la cual es clave porque involucra reuniones y asambleas en las que la Coordinadora presentará a la Conagua sus propuestas. Es fundamental que la sociedad civil mexicana y el Congreso Nacional Indígena presten atención y apoyen, solidariamente, a las y los sembradores zapotecos del agua y de la vida.