Enrique Morones es fundador de la ONG Ángeles de la Frontera, a través de la cual lleva más de 30 años trabajando con migrantes en Estados Unidos y México. Se han tornado conocidos por dejar bidones de agua en la ruta migratoria por el desierto con el objetivo de prevenir las muertes de los que se arriesgan a cruzar la frontera.
Y es que la principal causa de muerte en la frontera es no tener agua. Morones señaló: “En EU viven 11 millones de migrantes y la mayoría atravesó el desierto. En la frontera hay montañas, ríos, canales, pero sobre todo hay desierto. La gente cruza por donde no hay muro y cada día mueren una o dos personas. Desde 1994, han muerto más de 11 mil migrantes. El año pasado, unos 600. No queremos más muertes, queremos leyes justas”
El activista cuenta que cada vez más personas se han ido sumando a la causa y ahora unos 25 grupos hacen una labor similar de colocar agua y ofrecer ayuda a las personas migrantes. También apunta a que un tercio de los migrantes que mueren no es identificada por lo que la ONG organiza visitas al “panteón de los no olvidados”, donde hay 550 migrantes enterrados sin identificar.
Desde los Ágeles de la Frontera también luchan contra los estereotipos sobre la comunidad latina convocando cada año “la marcha migrante” y organizando actividades como los encuentros en el Parque de la Amistad, en la frontera entre el sur de California y Tijuana.
* Con información de Sin Embargo.