Enrique Pena Nieto hizo campaña y gano una elección cuando el país estaba en medio de una crisis de violencia y derechos humanos como la que no había visto en un siglo.
En los hechos, sucedieron tres cosas: la estrategia del silencio, si no hablamos de la violencia, igual y desaparece. La concentración de la Secretaría de Seguridad Pública en Gobernación. Y la creación de una Subsecretaría de Prevención que para efectos prácticos hoy ya no existe. Tiene cero presupuesto.
Los resultados están a la vista.
Cito del Reporte Anual de Derechos Humanos del Departamento de Estado estadunidense dado a conocer hace unos días.
«Los problemas más importantes relacionados con los derechos humanos incluían (en 2016) la participación de la policía y los militares en abusos graves, como los homicidios ilegítimos, la tortura y las desapariciones. La impunidad y la corrupción en el sistema policial y judicial seguían siendo problemas graves. Grupos criminales organizados mataron, secuestraron, extorsionaron e intimidaron a ciudadanos inmigrantes periodistas y defensores de los derechos humanos.»
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