«Lo que estamos viviendo es la descomposición de la sociedad y si nosotros no hacemos algo por cambiar esto, a nadie más le va a interesar». Jocelyn Orgen define así la fuerza que ha llevado a decenas de personas a buscar a sus familiares con sus propios medios, formando parte de la tercera Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas que desde el sábado trabaja sobre el terreno en Sinaloa.
En noviembre de 2013 desapareció su padre y ella describe la angustia de no saber dónde está como un venenito que todos los días te tomas poco a poco hasta que ya no puedes
. Tras toparse de frente con el sistema legal, que nunca le ofreció una respuesta satisfactoria e incluso entregó a la familia una osamenta que nunca reconocieron como la de su padre, no ha dejado de movilizarse para conocer la verdad.
Para los miembros de la brigada, entender que no podían contar con las autoridades significó «el despertar, darnos cuenta y aceptar la realidad de que el Estado no está respondiendo». Aunque ésta tercera búsqueda de campo no se iniciará hasta el 26 de enero, los participantes comenzaron sus actividades el sábado, con diversos talleres sobre seguridad, antropología forense y ayuda psicosocial, entre otros.
Los familiares tienen como objetivo el hallazgo de sus seres queridos, y no el castigo individual o la búsqueda de culpables: Experimentamos un sentimiento de satisfacción, de saber que estamos haciendo algo por los demás y que también nos va liberando a nosotros un poco del dolor constante que ya traemos y que no nos deja llevar un duelo normal. Estas acciones nos liberan emocionalmente, y sin darnos cuenta ponemos semillas para lo que venga en adelante
, afirma Orgen.
*Con información de La Jornada