Tras cinco horas de declaración por el caso de las fosas clandestinas de Tetelcingo en calidad de testigo -fue bajo su gestión cuando se ordenó abrir los entierros irregulares-, el exfiscal de Morelos, Rodrigo Dorantes, evitó a los medios de comunicación pero no pudo evadir los reclamos de los familiares de las víctimas, especialmente a María Hernández, madre de Oliver Wenceslao. Ella fue la mujer que destapó el caso.