*Presentan informe sobre hallazgos en las fosas clandestinas; ratifica universidad irregularidades.
Ciudad de México, 24 de agosto de 2016. En las fosas de Tetelcingo, Morelos, fueron hallados cuerpos de personas reportadas como desaparecidas, además de 84 cadáveres con indicios de violencia y tortura que en su mayoría no cuentan con una averiguación previa por su muerte ni exámenes periciales, denunciaron ayer activistas de la entidad.
Integrantes de la universidad morelense y familiares de víctimas de desaparición anunciaron que se han logrado identificar 117 perfiles genéticos entre los cuerpos, además de que tienen otros 12 que entregaron ayer mismo a la Procuraduría General de la República (PGR), junto con 135 perfiles de personas que buscan a algún familiar desaparecido.
De los más de cien cuerpos hallados en las fosas excavadas irregularmente por la Fiscalía de Morelos en 2014, hasta el momento sólo once han podido ser identificados. Las autoridades locales han argumentado que su equipo para realizar las identificaciones se encuentra averiado.
Durante la presentación del informe el informe Fosas clandestinas de Tetelcingo: interpretaciones preliminares, Roberto Villanueva, del programa de atención a víctimas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), consideró que en las fosas de Tetelcingo existe encubrimiento de delitos y probablemente de crímenes de lesa humanidad, y resaltó que se torturó a familiares al enterrar a sus parientes desaparecidos mientras ellos los buscaban.
Las activistas -entre ellas la madre de Oliver Wenceslao Navarrete, quien descubrió la fosa- y los académicos exigirán que se intervenga también en las fosas de Jojutla, pues podrían estar en las mismas circunstancias al menos 37 cuerpos, y urgieron a que las autoridades federales integren inmediatamente la información con la que cuentan a las bases de datos para que los familiares puedan empezar a recuperar a sus desaparecidos. Villanueva informó que en los próximos días se iniciará una exhumación similar en Coahuila.
Javier Sicilia Zardain, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y secretario de Comunicación Universitaria de la UAEM, dijo que el caso de las fosas de Tetelcingo es una muestra de cómo el Estado ha minimizado la violencia que se vive en Morelos, “criminalizando a las víctimas, simulando que las atiende y aparentando acciones que lejos de cambiar en algo la violencia en el país y hacer justicia, ahondan la violencia y la injusticia, manteniendo la impunidad, desprotegiendo a las víctimas de su derecho a la verdad y a la reparación integral del daño”.
María Concepción y Amalia Hernández, madre y tía de Oliver Wenceslao Navarrete Hernández, exigieron justicia para las familias víctimas de desaparición y que los servidores públicos que no hicieron su trabajo reciban su castigo. Destacaron que la única institución que les diera respuesta a sus necesidades fue la UAEM, por lo que no es justo que ahora haya un ataque a su rector.