El presidente de México, Enrique Peña Nieto, se reunirá con el mandatario argentino en Buenos Aires esta semana. Mauricio Macri quiere que México ocupe un lugar importante en la agenda central de la Argentina, según la canciller argentina, quien anticipó varios acuerdos bilaterales. Pero el Estado mexicano no es cualquier socio. Hoy México atraviesa la crisis de derechos humanos más grave de la región. Frente a las violaciones a los derechos humanos y una impunidad generalizada, el gobierno argentino no puede mirar para otro lado.
Al menos 150 mil muertes y más de 28 mil desapariciones se han registrado en los últimos años en México, de acuerdo a datos oficiales y de las Naciones Unidas. El 98 por ciento de los crímenes en el país no se investigan. La tortura es una práctica generalizada, pero entre 2005 y 2013 solo hubo dos sentencias judiciales firmes relacionadas con la tortura. Además cientos de miles de personas tuvieron que abandonar sus hogares y desplazarse a raíz de delitos como homicidios, extorsiones, secuestros, así como de violaciones a los derechos humanos.
La declaración de la guerra contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón, en diciembre de 2006, marcó un punto de inflexión en esta crisis. Ordenó el despliegue de las fuerzas armadas para llevar adelante tareas de seguridad pública, una medida que no sirvió para reducir el comercio de drogas ilícitas pero que generó muchísima violencia. A diferencia de lo ocurrido en el Cono Sur, esta grave situación en México no está relacionada con un gobierno dictatorial. (Página 12)