Los secuestros en Nuevo León se dispararon tras la guerra contra las drogas del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Un Ejército sin entrenamiento de seguridad ciudadana salió a las calles para suplir a las policías locales a las que se les atribuyeron diversos crímenes. Una madre relata la negligencia de las autoridades para buscar a su hijo y cómo, en ese camino, descubrieron más pruebas contra criminales que las propias autoridades. La investigación, dice, la hacen las familias y las evidencias las entregan a la Fiscalía, pero quienes deberían aplicar y salvaguardar la Ley nunca dan el último estirón. (Sin Embargo)