«Mi mamá les dijo a los policías que no dispararan porque llevaba niños, perno no le hicieron caso y sacaron sus pistolas. Sólo me acuerdo que a mi hermano le pegaron un tiro en la cabeza y le atravesó la bala. Yo estaba junto a él. A mi mami la intentamos cargar para llevarla a la batea, pero ya pesaba mucho y se nos resbalaba con la sangre».
Cuenta Héctor, un pequeño de nueve años, a sus compañeros de primaria que le llevan flores blancas de crisantemo y lo llenan de abrazos. Casi no entra a la sala de su casa, allí solía ver películas con su familia y hoy se expone a dos féretros de cedro que lo llevan hasta el llanto.
Se trata de Ricardo Sarro López, de 18 años, y Axaharim López Ronquillo, de 34 años. Ambos murieron a quemarropa el pasado lunes 13 de junio con armas de fuego dujetadas por policías municipales de Martínez de la Torre, Veracruz. Tema que para la Fiscalía General del Estado, se trató de una confusión. No hay más pesquisas. (Blog Expediente)