No sé si tiene que ver con una extraña lectura del triunfo del PAN que los ha invitado a hacer lo mismo o, simplemente, con que ya se han agotado las explicaciones frente a la contundente realidad, pero el gobierno decidió responder al devastador informe de la Justice Initiative de la Open Society Institute con el siguiente argumento:
“Es importante destacar que en México la inmensa mayoría de los crímenes violentos han sido cometidos por organizaciones criminales”.
¿Le suena, estimado lector? ¿Le recuerda algo?
Pues sí. Es el argumento de los últimos años del sexenio de Felipe Calderón, cuando la violencia era incontenible.
Lo primero que hay que aclarar es lo obvio. La afirmación es cierta en el más literal de los sentidos: todo el que comete un crimen, es un criminal. Es decir, el gobierno podría decir que todos los robos de Frutsis en el país son cometidos por… ladrones. Pues sí
Porque, como bien se señala en el documento, el problema no es solo la violencia y los crímenes, sino que, sobre todo, es la descomunal incapacidad del gobierno federal y los gobiernos estatales para investigar, procesar y castigar a los culpables de esa violencia. La inmensa mayoría de esos “criminales” que cometen crímenes (comunicado dixit) andan tranquilos en la calle. Ni la policía, ni las procuradurías saben quiénes son. Si lo supieran los hubieran detenido, uno supone. Pero con niveles de impunidad encima de 95 por ciento… ¿cómo saben que pertenecen a bandas criminales? ¿A cuáles? ¿Cuáles crímenes cometió qué banda criminal? (Milenio)