* Las mujeres denunciantes insisten en que su búsqueda de justicia debe sentar un precedente.
Ciudad de México, 04 de mayo de 2016. Las 11 mujeres denunciantes de tortura sexual durante la represión en San Salvador Atenco y Texcoco, Estado de México, sucedida los días 3 y 4 de mayo de 2006, persisten en su lucha por la verdad, justicia y la erradicación de la tortura sexual en México como técnica para desmovilizar, reprimir o fabricar culpables.
A una década, el caso se mantiene en la impunidad: aunque un grupo de policías, peritos y ministerios públicos han sido vinculados a proceso penal, las autoridades estatales han evitado investigar la responsabilidad por cadena de mando; además, ni el gobierno estatal ni el federal han establecido las medidas de carácter legislativo y de políticas públicas que eviten que los hechos de graves violaciones se vuelvan a repetir, sostuvieron las organizaciones acompañantes, Cejil y el Centro Prodh.
Las mujeres denunciantes esperan que su caso siente un precedente para avanzar hacia un país libre de tortura. «En particular, a través de la campaña nacional que fundaron en 2014, las mujeres se han solidarizado con otras sobrevivientes para Romper el Silencio contra el uso de la tortura sexual a mujeres, indicaron.
Durante esta década, organismos internacionales y relatores se han pronunciado sobre la tortura en México. Recordemos el reciente informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez, quien enfatizó que la tortura es una práctica generalizada en el país. En este contexto también se pronunció sobre la tortura sexual: “Preocupa al Relator Especial el uso de la violencia sexual como forma de tortura, principalmente respecto a mujeres detenidas. La tortura sexual incluye desnudez forzada, insultos y humillaciones verbales, manoseos en los senos y genitales, introducción de objetos en genitales y violación sexual reiterada y por varias personas. La mayoría de estos casos no han sido investigados ni sancionados, o bien han sido calificados como conductas de menor gravedad, y presentan retos particulares para las víctimas, quienes son frecuentemente revictimizadas cuando presentan denuncias o se someten a exámenes médicos”.
*Visita aquí el interactivo sobre el caso.