En una carta publicada por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña «Tlachinollan», la integrante de la Policía Comunitaria de Olinalá sostuvo:
«Por obedecer a mi pueblo, por rebelarme contra las autoridades y asumir hasta las últimas consecuencias el mandato de comandanta de la policía comunitaria, el gobierno consideró que era un peligro para sus intereses delincuenciales. Por eso me encarceló. Me mandó hasta Nayarit, lejos de la gente que lucha y pelea por un cambio. Pensó que me iba a doblegar y que me iba a arrepentir y a pedir perdón. Hoy me siento más fuerte y sin temor a nada. Me siento más segura y convencida de lo que hice dentro de la policía comunitaria. Retornaré a las filas de la CRAC. Recuperaré mi libertad porque mi lucha fue pelear contra los que envilecen al pueblo con su poder, contra los que delinquen a la sombra del cargo que ostentan. Nunca olvidaré lo que desde pequeña aprendí en el campo, a ser una persona libre, a pelear contra las injusticias, a nunca dejarme de los abusadores y a estar siempre bajo las órdenes de mi pueblo. Nací para ser libre y para defender a mi pueblo. Así lo refrendaré con mis compañeros y compañeras de la CRAC al dar el primer paso fuera de la cárcel». (Tlachinollan)