Julián Lebarón tiene un análisis sobre los motivos por los que la población en México soporta la corrupción, la explotación y la impunidad. “Porque sigue siendo lo más fácil”, dice. “Porque si ves una casa que se está cayendo, pero tienes un rinconcito en el que te puedes tomar tu café e ignorar el tsunami y los terremotos que tienes en la puerta, pues ¿para qué quieres andar lidiando con problemas?”, plantea.
La metáfora se genera a partir de su oficio de constructor, pero también a partir de la responsabilidad que ha asumido por no ignorar el derrumbe del país y que dice haber sentido después del crimen de su hermano Benjamín, asesinado en Colonia Lebarón, Chihuahua, en 2009. “Benji” era el más cercano de sus hermanos y, también, el líder que tenía dentro de sí, dice Julián, el carácter suficiente para defender a su comunidad incluso con la vida. El tipo de personas, considera, que son necesarias para que todas las sociedades mejoren.
Por eso, ante su asesinato, no podría fingir que la casa no se está cayendo, dice. “Es nuestra obligación como seres humanos, especialmente los que tenemos familias, que nuestros hijos no hereden el ejemplo de personas que le dieron la espalda al crimen, y que prefirieron esconderse, ignorar lo que estaba ocurriendo a su alrededor y heredarle algo peor a su posteridad… Digo, ultimadamente, todos nos morimos de todas maneras”, dice. (Sin Embargo)