La visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez es para mí un motivo de esperanza. La propaganda oficialista lo ha convertido en un producto comercial y quieren hacer de su figura e investidura un motivo más para promover la “buena imagen de la ciudad.” Yo deseo escuchar sus mensajes de solidaridad con quienes no son parte de esa fotografía; de los que han sido excluidos de todo valor humano, de aquellas y aquellos a quienes el sistema capitalista, patriarcal y la ausencia de gobierno las y los descarta. Aquellas mujeres, niñas, hombres y niños que aún continúan sufriendo las pérdidas -humanas y materiales- de los pedazos de guerra mundial, en esta Ciudad Juárez que es parte de la Casa Común de su encíclica Laudato, si.
El tiempo dirá si la esperanza de su visita y mis deseos quedan en Ciudad Juárez para beneficio de quienes le esperamos con la esperanza de una vida mejor y más digna o sólo prevalecerá el marketing que han hecho de su imagen los grupos en el poder. Así mismo, aunque el Papa venga, mientras sus mensajes no se traduzcan en prácticas y la comunidad no nos apropiemos de éstas, su venida habrá sido en vano y nuestra ciudad, nuestra casa común, con sus habitantes, sus recursos naturales y sus animales seguirán descartándose.(Colef)