En Palacio Nacional, ante la representación de los tres poderes de la Unión, e integrantes del gabinete federal, el Papa Francisco tocó así dos temas sensibles para la administración de Enrique Peña Nieto, expuesto a señalamientos de corrupción y quien ha apostado la trascendencia de su período a la aprobación de reformas estructurales.
El Papa recordó que México tiene una población mayoritariamente joven por lo que consideró que el país tiene una esperanza, para después plantear que los desafíos del presente, por lo que dijo –idéntico el llamado al de Peña Nieto– reflexionarse sobre la responsabilidad en el futuro. Entonces agregó:
“También a darnos cuenta de que un futuro esperanzador se forja en un presente de hombres y mujeres justos, honestos, capaces de empeñarse en el bien común, este bien común que en este siglo XXI no goza de buen mercado”.
Luego: “La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”. (Proceso)