México vive una crisis de derechos humanos y por eso la presencia del papa Francisco en nuestro país no puede quedarse ‘‘en una visita más de espectáculo y alegría superficial’’, dice David Fernández Dávalos, rector de la Universidad Iberoamericana (Uia).
El sacerdote jesuita, que dirigió el Centro Prodh de 1994 a 1998, cree que el pontífice ‘‘no dará soluciones a nuestros problemas ni su presencia hará que avancen investigaciones como las de Ayotzinapa, pero nos puede cambiar el ánimo’’. Y eso, afirma en entrevista, no es poca cosa, pues nuestra sociedad está irritada y abatida. (La Jornada)