Una vez más, elementos armados de las instituciones de Gobierno responsables de aplicar la Ley aparecen como probables autores de un crimen. En esta ocasión, en Tierra Blanca, Veracruz, donde siete integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado permanecen detenidos como sospechosos de haber provocado la desaparición de cinco jóvenes de Playa Vicente el pasado 11 de enero.
Entre los policías se encuentra el oficial Marcos Conde Hernández, delegado de la corporación en la Región Diez de la entidad, directamente a cargo del Subsecretario de Operaciones de la SSP, mayor del Infantería del Estado Mayor, José Nabor Nava Holguín; éste, a su vez, bajo las órdenes del Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.
“Hay una confabulación de las fuerzas policiacas y el crimen organizado; no hay mas”, dijo Bernardo Benítez, de 54 años después de recibir la noticia de que restos óseos encontrados en un rancho del municipio de Tlalixcoyan coinciden con el perfil genético de su hijo Bernardo Benítez Arroniz, de 25 años y una de las víctimas. (Sin Embargo)