Desde hace años, en La 72, nos dedicamos a escribir las historias de los cientos de personas que pasan por aquí; todas las historias tienen el denominador común del sufrimiento. La decisión del migrar, es siempre forzada.
Este año hemos creado una area de trabajo que tiene que ver con los grupos vulnerables. ¿Cómo? ¿Dentro de la extrema vulnerabilidad que trae consigo la persona migrante, se puede encontrar más vulnerabilidad aun? Sí. Las mujeres migrantes son las que aportan una cuota bastante cara para poder migrar.
Cuando emigra la mujer, emigra la vida. He sido testigo que estas tres mujeres han salido adelante, cada una en diferente lugar, una avanzó a los Estados Unidos y desde allá maniente a toda su familia; otra se quedó en México, vive en medio de una comunidad que la ha acogido y le ha dado lo necesario para vivir feliz con sus tres hijos; otra regresó a a Centroamerica donde cotidianamente se esfuerza por sobrevivir en medio del flagelo de la violencia criminal.
Pero hay otras muchas historias de mujeres que se han quedado en el camino, sembradas, muertas, a algunas las han reconocido y devuelto sin vida a sus países; otras viven una muerte social, en el anonimato, víctimas de la trata o esclavas modernas de la economía de muerte; otras mas nadie sabe de ellas, están desaparecidas. (Desinformémonos)