Las familias desplazadas en el país pasaron de 161 mil a 280 mil de 2011 a 2015, según cifras de organismos ciudadanos. Pero para el gobierno, como plantea Esperanza Hernández Lugo, presidenta de la asociación Caminos de Esperanza para los Desplazados AC, no son desaparecidos ni asesinados ni lesionados. Entonces es como no existir, pues la ayuda no llega.
Así se lo planteó al presidente Enrique Peña Nieto en cada una de las 10 cartas que le envió. La más reciente, con fecha de enero de 2016, ya fue en otro tono. En la misiva se asoma el desespero, destila desolación e impotencia, y también la desesperanza:
He enviado infinidad de escritos a su persona, a través de la oficina de atención ciudadana. Mi pregunta es ¿no se le ha informado? Porque de otra manera no me explico su indiferencia a este problema tan doloroso, grande y grave
. (La Jornada)