Representantes de los más importantes organismos internacionales (la OEA y la ONU) han visitado nuestro país en los últimos días y los calificativos con que estos enviados han descrito la situación enervan al gobierno, que en voz del subsecretario de Derechos Humanos Roberto Campa, primero, y luego a través de la canciller Ruiz Massieu han rechazado desoladores diagnósticos de nuestra realidad.
Ante tal actitud, ayer, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, se curó en salud al pedir al gobierno, literalmente así lo dijo, que no mate al mensajero, que en lugar de ello se enfoque en el “mensaje”.
El problema es que Peña Nieto no quiere escuchar ese mensaje. Nunca quiso. Pensaron que lograrían que esa agenda se quedara en el pasado. Pero los muertos sin justicia nunca descansan en paz. No es una leyenda rural, es la lección de democracias que sí han emprendido el doloroso camino de enfrentar sus tragedias buscando la verdad y la justicia.
(El Financiero).