«En México el color de piel indica el estatus económico. Es algo extraño, porque a pesar de ser un país tan mezclado racialmente, se intentó que el color de piel influyera en la condición social de un individuo. Está muy estructurado. Un país que tiene el náhuatl en su propio nombre y que por otro lado es incapaz de dar justicia y derecho a quienes le dieron ese nombre está destinado al fracaso. Las cosas que hemos ganado en la cuestión indígena es gracias a la lucha y no a una concesión. El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, por ejemplo, se fundó hace apenas una década, durante el gobierno del Presidente Vicente Fox. Nada de tiempo en términos históricos, menos que un suspiro. No sé qué hubiera pasado si no hubiera aparecido el zapatismo en el 94». (Sin Embargo)