* Urge CIDH a respetar el territorio en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Ciudad de México, 10 de agosto de 2015. El derecho a vivir en su territorio, el desarrollo de actividades empresariales e industriales que tienen un efecto negativo sobre el goce de los derechos humanos de los pueblos indígenas y la denuncia de actos de violencia contra líderes y comunidades son las preocupaciones que expresó la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas. En México, actualmente y como ha sucedido a lo largo de muchos siglos, estos mismos pueblos aprovechan este tipo de conmemoraciones para recordarnos que hay muy pocas cosas que celebrar; siguen vigentes las demandas por el respeto de sus derechos humanos y las exigencias de justicia frente a la violación de estos.
Uno de los derechos más vulnerados en las últimas décadas es, sin duda, el que se vincula con la defensa de sus tierras y territorios ante el despojo materializado por instancias gubernamentales así como empresas nacionales e internacionales.
A esto se refirió el Comisionado Paulo Vannuchi, encargado de la Unidad sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la CIDH, quien precisó que “estos proyectos deben desarrollarse siempre en estricto y total respeto a los derechos humanos de los pueblos “, beneficiándolos y no perjudicándolos y obteniendo su consentimiento por medio de la consulta previa, libre e informada. Para la comisión, resulta urgente que los Estados miembros garanticen en forma efectiva el derecho de los pueblos indígenas a vivir en su territorio ancestral y poder realizar sus actividades tradicionales de subsistencia, así como también preservar su identidad cultural. En México, uno de los casos más emblemáticos de violación a este derecho es el referido a los ejidatarios ch’oles de Tila, en Chiapas.
Con más de cuatro amparos ganados en los cuales se les reconoce como propietarios de las 130 hectáreas de las que fueron despojados por el gobierno municipal, el ejido y territorio ch´ol de Tila, después de cincuenta años, continúa en la búsqueda por el reconocimiento y restitución de sus tierras ancestrales, despojadas por conducto del Ayuntamiento Municipal. Los distintos procesos jurídicos que han interpuestos ante distintos tribunales nos recuerdan que la justicia la mayoría de las veces en este país tarda en llegar, sobre todo si quienes serían beneficiarios de una efectiva impartición son los pueblos indígenas quienes junto con otros sectores (mujeres, migrantes, periodistas, etcétera) quedan al final de las prioridades de las instancias judiciales.
Las autoridades han pretendido hacer un “cumplimiento sustituto” de la sentencia, es decir, en vez de restituir el territorio despojado, otorgar una indemnización, lo que ha sido rechazado por las y los ejidatarios. A este respecto, la CIDH mencionó en su comunicado por el Día Internacional de los Pueblos Indígenas que para las comunidades, la relación con la tierra no es meramente una cuestión de “posesión” y “producción” sino un elemento de importante contenido material y espiritual “del cual deben poder gozar plenamente, inclusive para preservar su legado cultural y transmitirlo a las generaciones futuras”.
Esta larga batalla judicial muestra que una de las grandes deudas con este pueblo –como con muchos más- viene del no cumplimiento de las sentencias ya ganadas frente la amenaza constante del despojo, además del constante hostigamiento por parte de grupos locales que siguen generando un clima de incertidumbre en la comunidad, a pesar de que las constantes denuncias de los ejidatarios frente autoridades y medios comunicación.
Actualmente, el caso del ejido Tila se encuentra en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, instancia que tiene la oportunidad de sentar precedentes con respecto al tema de tierras indígenas y ancestrales. A través de la sentencia que emitan podrían abrir un nuevo momento para el reconocimiento judicial de temas tan prioritarios como el reconocimiento y respeto a la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas, así como el recepto del vínculo estrecho que existe entre pueblo y territorio, donde se crea y recrea la vida, cultura y razón de ser del pueblo ch´ol de Tila, así como de mucho otros pueblos indígenas de nuestro país.
* Área de Educación del Centro Prodh