Con todo y el blindaje legislativo e internacional, las armas abundan en nuestro país. Estimaciones académicas señalan que anualmente entran 250 mil armas de fuego de manera ilegal desde Estados Unidos, otros señalan que existen 24 millones de armas en nuestro país. Pero ¿de dónde vienen estas armas? Se tiene certeza que el 70% de las que son aseguradas y rastreadas por el gobierno mexicano provienen de EUA. Aunque el tráfico ilegal desde el norte es claramente un problema, no todas las armas “nos llegan desde allá”. La debilidad institucional, corrupción e impunidad en el país también ponen su granito de arena.
Las armas que entran legalmente a nuestro país para las policías no están exentas de ser mal utilizadas (en violaciones a derechos humanos) o de desviarse al mercado ilícito. El desvío de armas y los elementos para el buen manejo de arsenales están señalados en diversos instrumentos internacionales de los que México no sólo es parte, sino que ha impulsado activamente. Lamentablemente la entusiasta participación internacional no se ha visto reflejada en la cotidianidad.
La presencia de armas que llegan a manos no autorizadas no sólo depende de la corrupción e impunidad en nuestras fronteras, también de la existente en los cuarteles policiales, y esa es una pieza del rompecabezas poco atendida. Esta realidad conlleva a admitir responsabilidad interna y dejar de pensar que todo el problema proviene del exterior. Sin duda este tema es un punto de convergencia entre quienes se esfuerzan por transformar a las policías y quienes deseamos reducir la violencia armada en México. (Animal Político)