* Urgen ONG al gobierno a investigar y castigar los hechos.
Ciudad de México, 19 de junio de 2015. En tan sólo dos semanas, más de 200 migrantes fueron víctimas de agresiones armadas a su paso por México, y se desconoce el paradero de al menos 130 más, informaron organizaciones civiles.
Amnistía Internacional, en voz de Erika Guevara-Rosas, directora del Programa para América, llamó a las autoridades mexicanas a investigar urgentemente el «atroz» aumento de los ataques violentos por parte de bandas delictivas, y a proporcionar un refugio seguro a los supervivientes.
El primer ataque masivo a migrantes del mes de junio se produjo el martes 2, en la frontera de Sonora con Arizona, cuando al menos dos sujetos armados abrieron fuego contra un grupo de cerca de 120 personas que intentaba cruzar la frontera. Testimonios de los 13 sobrevivientes indican que murieron 3, mientras que al menos 100, de los que se desconoce su paradero, huyeron hacia el desierto para tratar de salvar su vida.
Organizaciones de la sociedad civil consideraron que por las características hasta ahora conocidas, el caso debe ser atraído por la Procuraduría General de la República (PGR). Han solicitado la intervención de CNDH para que los restos de migrantes mexicanos y extranjeros sean trasladados a la PGR para su identificación forense por parte de la Comisión Forense establecida mediante convenio publicado en el Diario Oficial de la Federación. En caso de que los restos tengan que ser repatriados a su lugar de origen, se solicitó que se haga en coordinación con la Comisión Forense y bajo el protocolo establecido para la notificación y entrega de restos correspondiente.
El otro ataque a migrantes ocurrió tan sólo 10 días después, el viernes 12 de junio, en Las Choapas, Veracruz. Cerca de dos decenas de sujetos armados con escopetas, pistolas y machetes, agredieron a un centenar de centroamericanos que viajaban en «La Bestia» y que se negaron a pagar una cuota de cien dólares para poder continuar su recorrido.
Las organizaciones civiles recordaron que además de investigar y castigar a los responsables, las autoridades mexicanas deben proporcionar atención sanitaria y legal a los sobrevivientes, así como darles la opción del refugio al ser víctimas de delitos.
“México se ha convertido en una trampa mortal para las personas migrantes, con crueles bandas delictivas en cada esquina aguardando su oportunidad de atacarlas por unos cuantos dólares, y con unas autoridades estatales y federales más ansiosas por expulsar a gente que por salvar vidas”, insistió Erika Guevara-Rosas. “Muchas personas migrantes han muerto y han desaparecido en los últimos años cuando trataban de llegar a Estados Unidos; la única duda es cuántas vidas más tendrán que perderse antes de que las autoridades despierten y decidan actuar.”
Según la información publicada en los últimos meses en los medios de comunicación nacionales, las autoridades de inmigración mexicanas han informado de que, de 2013 a 2014, las denuncias sobre secuestros de migrantes se multiplicaron por diez: de las 62 denuncias presentadas en 2013 a las 682 de 2014.