“Tengo nueve meses sin regresar a casa, buscando a mi hijo”, compartió doña Cristina Bautista, madre del estudiante Benjamín Ascencio Bautista, estudiante de la normal de Ayotzinapa Guerrero, desaparecido por la policía junto con 42 de sus compañeros el pasado mes de septiembre.
“Nunca me imaginé llegar hasta acá, estar con ustedes nos da fortaleza”, expresó doña Cristina a las comunidades del Congreso Nacional Indígena, Adherentes a la sexta del norte de Chiapas, que se dieron cita en Cumbre Nachoj, sede del ejido en resistencia de San Sebastián Bachajón, en el municipio de Chilón. “El Estado tiene que aceptar que él fue el que despareció a nuestros hijos”, recalcó la madre de Benjamín, a unos días de que el juez Ulises Bernabé García, de Iguala Guerrero en el exilio, contradijo la versión oficial de los hechos, que deslindaba al gobierno federal de su culpa.
“En Tixtla Guerrero, pensábamos que solo éramos nosotros, pero todos de una u otra forma hemos sido golpeados por el gobierno”, asegura doña Bertha Nava, madre de Julio Cesar Ramírez Nava, uno de los estudiantes asesinados por la policía. Junto con su esposo Tomás Ramírez, denunció que en los pasados días del proceso electoral, Tixtla fue rodeada de policías y militares, que no les permitían desplazarse libremente. “No es un delito buscar a nuestros hijos, es un derecho”, reiteró doña Bertha. (Radio Pozol)