* La CNDH iniciará una investigación sobre actuación de militares.
Ciudad de México, 29 de mayo de 2015. En un relato que se repite en denuncias a lo largo de México, el Comité de Derechos Humanos (CDH) de Nuevo Laredo, Tamaulipas, acusó que tras la muerte de los jóvenes Ricardo Daniel Borrego Miguel y Diana Calderón Bravo a manos de militares, elementos del Ejército impidieron el paso a familiares de las víctimas y al personal del Ministerio Público e incluso a los servicios de emergencia “para manipular el lugar de los hechos y sembrar evidencias a las víctimas, en un claro intento por fabricar culpables”, sostuvo Raymundo Ramos, presidente del Comité.
El martes 19 de mayo, elementos del Ejército dispararon contra un grupo de jóvenes que se encontraban platicando en el crucero de Héroe de Nacataz, en la colonia Matamoros, de esa ciudad fronteriza. El parte oficial rendido por los militares sostiene que ellos fueron víctimas de una agresión armada y presentaron a un menor de edad como integrante de un grupo delictivo, además de envoltorios con droga, armas y municiones.
El defensor de derechos humanos indicó que “afortunadamente existe el testimonio de cuatro personas que presenciaron la acción de los militares, el momento en que bajan de una camioneta del Ejército Mexicano las armas y la droga para sembrarlas junto al cuerpo de Ricardo Daniel Borrego Miguel y de Diana Calderón Bravo, declaraciones que prueban modo, tiempo y lugar de los hechos”, agregó.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) admitió la queja presentada por el CDH por la ejecución extrajudicial de los dos jóvenes, atribuida a personal del XVI Regimiento de Caballería del Ejército. También la Procuraduría General de la República (PGR) inició una averiguación previa a petición de los familiares de Diana Calderón, en la que piden que se investigue a todos los militares involucrados, pues de acuerdo con la versión de testigos y acompañantes, a la víctima le dispararon por la espalda cuando iba manejando su carro, además de que no estaba armada.
De acuerdo con el testimonio de la copiloto de Diana, rendido al portal Revolución 3.0, después de la agresión a balazos, un soldado se acercó al carro y dijo: ‘¡Hey, la cagamos! ¡La cagamos, son mujeres!’. “Es ahí cuando reconocen que se equivocaron, que no eran hombres sino mujeres a quienes les habían disparado. Ellos se equivocaron y aún así aseguran que mi hija Diana encubrió un delito”, declaró María Guadalupe Bravo, madre de la víctima.
Al sufrimiento de haber perdido a un familiar de manera inesperada y producto de una ejecución extrajudicial, y estar involucradas las fuerzas armadas, se le debe sumar el tener que enfrentarse al descrédito social. “Porque los soldados, marinos y policía, fabrican culpables, alteran escenarios y siembran evidencias”, declaró a Revolución TRESPUNTOCERO Raymundo Ramos.
Ramos Vázquez informó además que se ha solicitado la intervención de organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos para denunciar la tercera ejecución extrajudicial cometida por elementos del Ejército Mexicano en Nuevo Laredo, pues la primera ocurrió el pasado 15 de febrero “en la persona de Gustavo Ortega Pérez, a quien también le dispararon por la espalda mientras se rendía de una persecución”.