* Denuncian pésima atención médica; anteriormente ya habían pedido la remoción del personal del Seguro Social.
Ciudad de México, 14 de mayo de 2015. Por «pésimas» condiciones de los servicios de salud, no solamente murieron dos de los bebés que fueron vacunados en el Ejido Pimienta el 8 de mayo. Los tsotsiles denunciaron defunciones de mujeres embarazadas y niños con tuberculosis, además de maltrato del personal de salubridad, y rechazaron tajantemente las versiones dadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sobre el caso. «Hasta el momento a las familias no les han dado información directa de las investigaciones realizadas por la Procuraduría General del Estado, ni de los análisis de los medicamentos suministrados», precisaron.
Para los habitantes del Ejido Pimienta, la muerte de dos bebés recién nacidos no es un caso aislado: «El año pasado un niño de cinco años de edad enfermo no llegó al hospital, se murió en el camino. Además a las mujeres embarazadas las envían a Simojovel o a Bochil y algunas han tenido el parto antes de llegar. Se han muerto siete mujeres durante el parto en la comunidad de La Pimienta en cuatro años. Además en la comunidad se han muerto 16 personas de tuberculosis y de 16 de cáncer (entre ellos niños). Con todo esto queda al descubierto las pésimas condiciones de servicio de salud en La Pimienta y todo el municipio de Simojovel y no sólo en Simojovel, en las comunidades y ejidos de todos los municipios de Chiapas», sentenciaron.
En un comunicado, los tsotsiles señalaron que para vacunar a 31 bebés el viernes 8 de mayo, las madres debieron permanecer desde las 8 de la mañana y hasta las 2 de la tarde, sin poder irse a casa hasta que les tomaran los datos al final, pues si no lo hacen les retiran el programa Prospera. «Con esta forma de proceder queda al descubierto que los proyectos del gobierno son para controlar a la población y así imponer sus proyectos en contra del pueblo indígena», indicaron.
Esa misma tarde, a las 18 horas se empezó a ver el efecto de la vacuna: «los niños y niñas, lloraban y comenzaron a convulsionarse, se desmayaron, les dieron ataques, temperatura alta, se entumieron los dedos, los pies, se pusieron de color morado y tuvieron diarrea», señalaron. Los padres y madres se trasladaron a la cabecera municipal con los infantes enfermos para recibir atención médica, pero una recién nacida de 30 días, de nombre Yadira González González, murió en el camino y un recién nacido de 28 días, de nombre Emanuel Francisco López Hernández, murió en el centro de salud de Simojovel.
«En la cabecera municipal no hay la capacidad médica y los envían a Bochil al hospital del IMSS, pero no había ambulancia. Tuvimos que transportarlos en camionetas particulares pagadas por los padres. Ahí llegaron a la 1 de la mañana del sábado 9 de mayo, no les dieron atención buena, los formaron como si fuera una cola para las tortillas, los recibieron y atendieron hasta que nosotros hicimos presión en Simojovel. Hasta las 4 de la mañana nos dieron información de la situación de los niños. En Bochil ya querían dar de alta a los niños porque dijeron que ya estaban estables, pero presionamos y los volvieron a hospitalizar pero ahí tampoco tienen la capacidad para atenderlos. A partir de esa hora comienza el traslado a Tuxtla Gutiérrez. El último traslado fue hasta las 6 de la mañana. Cuando llegaron a Tuxtla ya los atendieron hasta las 8 de la mañana. Se hospitalizaron 29 niños, de los cuales 13 llegaron en estado de gravedad», continúa el relato.
Desde hace ocho años, recordaron, la comunidad ya había gestionado una demanda para el cambio completo del personal de la unidad médica en La Pimienta, pero el delegado estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Coplamar respondió que no podían cambiarlo porque son basificados. «Se han realizado varios documentos con la solicitud pero han hecho caso omiso. La petición de cambio es porque no había atención, no llegan a la hora, incumplen el horario de trabajo y porque maltrataban a las mujeres que iban a atenderse, regañándolas, el doctor se molestaba que se hablara en tsotsil. Además que la clínica se encuentra en total abandono, sin medicamentos, sin servicios de análisis, no hay equipos, la mayor parte de los casos se turnan. Ya habíamos pedido una audiencia ante el gobierno del estado, dirigido al gobernador solicitando una mesa de diálogo, pero no nos han hecho caso», detallaron.
Los indígenas denunciaron que a pesar de que el estado de Chiapas es muy rico, las autoridades municipales no se han preocupado para gestionar estos servicios básicos: buen hospital, agua potable, mejoramiento del camino, y «solamente terminan en sus puestos con mucho dinero para ellos mismos».
Los habitantes del Ejido consideraron que el gobierno federal y estatal tienen una deuda «grande» con los pueblos indígenas: «su deuda es la libertad, la justicia, la paz, la verdad, la autodeterminación».Responsabilizaron a las autoridades de los tres niveles por la falta de atención médica en sus comunidades, y recordaron que es obligación del Estado mexicano proteger, respetar y garantizar los derechos humanos de los padres y madres de familias y privilegiar el interés superior de los niñas y niñas.