Enrique Guerrero Aviña, ajedrecista y estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es una de las 12 personas encarceladas por el plagio de dos sobrinos del presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Oaxaca.
El 17 de mayo de 2013, sujetos vestidos de civil lo persiguieron y le dispararon, y lo subieron a una de las camionetas. Eran policías federales, quienes sin orden de aprehensión, localización o presentación, lo detuvieron y torturaron por casi 30 horas. Con golpes, asfixia, amenazas físicas, sexuales y sicológicas los policías exigían que aceptara su participación en el secuestro: “Me interrogó, me dijo: ‘Dame nombres de gente que ande en la grilla’, insistía, y me preguntó: ‘¿Quiénes se mueven en la Universidad?’; refiriéndose a cuestiones políticas me preguntó: ‘¿Qué cabrones se oponen a las reformas?’”. Aún con ello resistió la tortura para defender la verdad de su inocencia.
A casi 2 años de lo sucedido, Enrique continúa preso en el penal federal de Occidente (Jalisco), pese a que no existen declaraciones o testimonios fehacientes en su contra, no se cuenta con informe policial, o algún medio probatorio, que permita presumir su participación en dicho secuestro o que forme parte de una organización criminal. Por ello, desde prisión, escribe: “De manera franca y humilde pido el apoyo y la solidaridad de quienes creen en la justicia difundiendo mi caso y uniendo esfuerzos, alzando la voz contra la injusticia en cualquier medio, lugar o rincón posible; caminemos juntos hacia un país mejor donde la injusticia, la tortura y la mentira no prevalezcan”. (Contralínea)