El reportaje “Fueron los federales” debería haber ocupado espacios relevantes en los medios de comunicación. La información nueva de hechos conocidos pone en entredicho la versión oficial. Eso en sí hace que el tema vuelva a ser de interés público. La cortina mediática instrumental al gobierno optó por opacar la información y no aportar nada nuevo. La nota se convirtió en la incipiente respuesta gubernamental. El silencio mediático sobre Apatzingan, después del reportaje, levanta más dudas que certezas. Sé de buena fuente que el reportaje sufrió el intento de ser enterrado y censurado, y no por las autoridades, sino por medios de comunicación que –a petición expresa o como favor al gobierno- su línea editorial lleva el tinte gubernamental.
Tlatlaya, Ayotzinapa y Apatzingan son muestras del avasallamiento sistemático de violaciones graves a los derechos humanos. El alud está incontenible. Sin embargo, haríamos mal en no reconocer acciones que logran modificar el caudal de la impunidad y de os malos actos de gobierno. Acciones que logran develar y explicar hechos que laceran a la sociedad entera. Hay vida en el periodismo mexicano. No todo está anquilosado en el pasado. Hay periodistas que con gran rigor, valentía y audacia logran afirmar que no todo está perdido. Laura Castellanos y Pablo Ferri son dos periodistas que nos dieron algunas de las historias que han cambiado la historia contemporánea de México. Conocer las historias de soldados y federales que actúan igual que los delincuentes profesionales es un derecho de la sociedad, no una prerrogativa del gobierno o los medios de comunicación. Hay una corriente de periodistas y medios que buscan hacer las cosas mejor y diferentes. De eso estoy cierto. Pensar que tenemos información porque nuestros noticiarios y diarios están llenos, es una lectura errónea de nuestra realidad. No es que hay que buscar buenas o malas noticias, como sugiere Peña. El tema es buscar noticias que abonen a nuestra democracia. Mientras haya ejecuciones extrajudiciales, tortura, desapariciones forzadas el periodismo tiene una responsabilidad ulterior de informar de manera veraz, independiente y oportuna. El contexto es adverso pero algunas historias logran saltar la zanja del secretismo y opacidad para hacer lo que el periodismo debe de aportar a la democracia: información. (Sin Embargo)