Los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), dentro del universo de los derechos humanos, son aquellos que están directamente ligados con el nivel de vida adecuado, es decir, con aquellas condiciones sustantivas que permiten a las personas vivir, en un sentido amplio, con tranquilidad y seguridad. En este grupo podemos encontrar los derechos a la vivienda, la alimentación, el medio ambiente sano, la salud, la educación, los laborales, al agua, la tierra y el territorio, así como los derechos culturales.
Si bien los derechos civiles y políticos se consideran como la primera generación con relación a los DESCA (por el momento histórico en el que se da su reconocimiento), de ninguna forma podría decirse que los primeros son más importantes que los segundos o viceversa.
Podemos afirmar que los derechos culturales son también una especie de metaderecho, como la igualdad y la no discriminación, ya que podemos dar cuenta de ellos en la medida en que se ejercen otros. También son transversales a los demás derechos permitiendo su adaptabilidad cultural; son herramientas que permiten una reivindicación de los derechos difusos, es decir, de aquellos que se viven y defienden en colectivo. Por ello pueden ser de gran utilidad para hacer frente a las consecuencias negativas de las reformas estructurales en materia de energía, campo, educación, trabajo y en telecomunicaciones impulsadas durante este sexenio. (Contralínea)