Por desgracia, las extraordinarias actividades del Hay Festival no han servido para que la libertad de expresión se garantice en Veracruz. Si el festival sigue ahí, deberá denunciar las 130 agresiones a periodistas cometidas en los últimos años. En caso de que se suspendiera temporalmente, se enviaría una señal decisiva a la comunidad internacional.
El arte alivia las situaciones más extremas, pero no escapa a la realidad. Seguir tocando música cuando el Titanic se hunde en forma irremediable es un gesto digno. Considerar que el naufragio desaparece con música es indigno. (Reforma a través de Terra)