*Manifestantes en México y el mundo repudian la desaparición forzada de los estudiantes de Ayotzinapa
México, DF, 27 de enero de 2015. La persistencia en la búsqueda, el rechazo a las conclusiones del procurador de la República, Jesús Murillo Karam, que da por muertos a los estudiantes, y los mensajes de cariño de los familiares a sus hijos desaparecidos, se hicieron presentes de nueva cuenta por toda la Ciudad de México, al cumplirse cuatro meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Padres y madres de familia y normalistas coincidieron en señalar que es necesario dar un paso más allá de las marchas y plantearse la transformación del país, pues las instituciones están llenas de podredumbre y corrupción, sostuvieron. Las denuncias de que la Procuraduría intenta engañarlos, la insistencia en que cuentan con información calificada que desmiente la versión de que fueron quemados en el basurero de Cocula, la exigencia de investigar al ejército y el rechazo a los llamados a “superar” el dolor se mezclaron con los mensajes: “Jorge, hijo, te amo”; “Quiero decirle a mi hijo, y él lo sabe, que lo sigo buscando”; “Te extraño”. El llanto asomó persistentemente a los ojos de familiares y espectadores.
“En modo alguno aceptamos las conclusiones de la nefasta Procuraduría”, remarcó el abogado Vidulfo Rosales, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, un día después de que se dio a conocer que el equipo de peritos argentinos, que colabora en la investigación y cuenta con la confianza de los familiares, tiene dudas sobre la hipótesis del asesinato e incineración de los jóvenes en el basurero de Cocula, después de haber sido desaparecidos por policías municipales de Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Las columnas que confluyeron en el Zócalo capitalino partieron de Indios Verdes, Taxqueña, Zaragoza y el Auditorio Nacional. Por las calles avanzaron sindicalistas, jóvenes, campesinos, artistas y amas de casa; entre las filas se pudo distinguir al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de Atenco; a la Unión Nacional de Trabajadores y la Nueva Central Sindical; a contingentes de estudiantes de Chapingo, del Politécnico y de la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otras muchas organizaciones. Banderas mexicanas teñidas de negro y uniformes militares chorreados de rojo se movían entre la multitud, que realizaba los ya conocidos conteos del uno al 43 para gritar, al final, “Justicia”.
Los manifestantes comenzaron a avanzar cerca de las 10 de la mañana, y más de ocho horas después comenzó el mitin en el corazón de México. Las consignas “Fue el Estado”; “Hombro con hombro, codo con codo, Ayotzi somos todos”; “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, se repitieron, acompañando a los mensajes de los padres y madres de los desaparecidos.
El estudiante Omar García sostuvo que no solamente hay un aviador entre los padres –en respuesta a las versiones periodísticas que acusan al vocero de los familiares, Felipe de la Cruz-, sino que los 43 lo son porque tuvieron que abandonar a sus hogares y sus cosechas. “No podemos permitir un crimen más cometido por el Estado”, sostuvo el vocero de los familiares. «No es tan fácil olvidar a un hijo. Son un pedazo de nuestro corazón, lo único que de verdad es nuestro, de los pobres», lanzó el padre de familia Mario César. «Gracias por seguir con nosotros», finalizó.
Adazahira Chávez y Laura Mendoza