Pasado el mediodía, ya sólo quedan tres autobuses en la escuela normal de Ayotzinapa. Estudiantes de varias normales de Guerrero esperan a Felipe de la Cruz, padre de uno de los sobrevivientes del ataque del 26 de septiembre, quien atiende a un par de reporteros.
Responde a una batería de preguntas machaconas: “No vamos a permitir que en Guerrero haya elecciones”, reitera. La Jornada