Lo confieso públicamente: yo soy un desestabilizador del país. Lo soy no porque esté comandado por fuerzas oscuras o titiriteros, sino porque estoy indignado. Soy un desestabilizador que cree que en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos por la policía municipal de Iguala, ES el Estado el responsable de tan atroz crimen.
Me gusta desestabilizar porque creo que la economía no marcha bien, que la conducción en esta materia ha sido insuficiente y que sigue privilegiando a muy pocos en la redistribución del ingreso. Desestabilizo porque no creo que las reformas estructurales estén moviendo a México, por el contrario, pienso que serán la causa de una brecha (un abismo) más amplia en la desigualdad social. Antonio Martínez/Animal Político