La nota no es la desaparición forzada de 43 alumnos normalistas en Ayotzinapa, Guerrero. La nota sería que se acumulan masacres en México y nada pasa: Desde Aguas Blancas, El Charco, Villas de Salvárcar, el Casino Royale, San Fernando hasta Tlatlaya. Nada se mueve. Todo sigue Igual.
Somos un país de fosas clandestinas con cuerpos de jóvenes. Somos un país de masacres generalizadas y sistemáticas. Somos un país de perpetuo dolor. Somos un país de víctimas invisibles y verdugos conocidos. Un país que se regocija en la simulación. El contrapunto es que ayer miles de personas salieron a las calles en diferentes ciudades y países para demandar la aparición con vida de los 43 jóvenes. Los gritos en las calles son señales de esperanza, sin duda. Darío Ramírez/Sin Embargo