El anuncio presidencial de que las Fuerzas Armadas participarán en operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas echa por tierra el tradicional aislamiento internacional de los militares mexicanos. Pero en el fondo se trata de una medida que contradice la actuación de los soldados y marinos al interior del país.
Si el Ejército y la Marina quieren mostrar al mundo que están dispuestas a participar en acciones humanitarias, sumándose a los cascos azules de la ONU, antes tendrían que demostrar a los mexicanos que son capaces de respetar los derechos humanos. Jorge Carrasco/Proceso