*Especialistas realizaron Protocolo de Estambul; concluyeron que hubo tortura y que Ángel sufre estrés postraumático y tiene cicatrices
México, DF, 9 de septiembre. El Consejo Internacional de Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT, por sus siglas en inglés) exigió al Estado mexicano evaluar —de acuerdo a los estándares internacionales contra la tortura— el caso de Ángel Amílcar Colón Quevedo, migrante hondureño que fue torturado en nuestro país en marzo de 2009 y quien actualmente se encuentra en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 4 en Tepic, Nayarit.
A través de un comunicado, el IRCT informó que, de acuerdo con los resultados arrojados por el Protocolo de Estambul realizado a Ángel Colón en abril de 2014, por miembros del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Victimas de la Tortura y sus Familiares (CPTRT), se concluyó que el migrante fue sometido a tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes tanto el día de su detención y los subsecuentes.
Asimismo, las peritas hondureñas encargadas de la aplicación y revisión del Protocolo, la doctora Eliomara Lavaire y la psicóloga Carmen L. Martínez, señalaron que, además de sufrir estrés postraumático, Ángel Amílcar presenta secuelas derivadas de los actos de tortura como cicatrices en el antebrazo derecho, rodillas y espalda.
En este sentido, el IRTC solicitó a la Procuraduría General de la República (PGR) investigar los actos de tortura en contra de Ángel Colón Quevedo, los cuales fueron objeto de una comunicación enviada al gobierno, por parte de los Relatores Especiales de la Organización de las Naciones Unidad (ONU), Juan Méndez (sobre tortura) y Gabriel Knaul (sobre la independencia de jueces y abogados).
Además de la investigación, el Consejo Internacional de Rehabilitación de Víctimas de Tortura solicitó al Estado mexicano garantizar el debido proceso del caso así como la erradicación de la tortura en el país.
El IRCT (fundado en 1985) es una organización independiente de profesionales de salud que trabaja para la rehabilitación de víctimas de tortura y de sus familias, así como para la prevención y erradicación de esta práctica a nivel internacional. Actualmente colabora con 146 centros de rehabilitación de víctimas de tortura en diversas regiones del mundo.
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