*Se advirtió que ha crecido la criminalización contra los pueblos indígenas y ha aumentado la amenaza hacia sus territorios
Tlapa, Guerrero, 27 de julio. En el contexto del vigésimo aniversario de la creación del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, el 25 y 26 de julio pasado se reunieron más de 400 representantes de 85 comunidades de la región de la Montaña, junto con diversas organizaciones y movimientos sociales de Jalisco, Puebla, Nayarit, el Distrito Federal, y representantes de distintas instituciones internacionales y embajadas para participar en un festejo que buscó ser ,“una plática, como se acostumbra en los pueblos y en las asambleas para compartir cómo se resiste y cómo han agarrado del destino para hacer valer los derechos”, explicó Abel Barrera, director del Centro.
El evento reflejó un amplio reconocimiento de 20 años de una lucha que Tlachinollan ha emprendido al lado de las comunidades, una lucha que le apuesta a las posibilidades de justicia social desde el trabajo de derechos humanos. Fue en 1994 que Tlachinollan inicia sus actividades en un contexto marcado por el poder caciquil de la región, por una represión estatal contra los pueblos indígenas y campesinos en el estado, la matanza de Aguas Blancas y la masacre del Charco siendo de la expresión más atroz.
Con el lema La Montaña, destellos de justicia y esperanza, las y los indígenas ñu savi (mixtecos), me’phaa (tlapanecos), nahuas y mestizos marcharon en esta ciudad y exigieron al gobierno estatal la liberación de indígenas de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) y el cumplimiento de los acuerdos pactados con el gobierno estatal.
La marcha partió del seminario católico Tonantzin Guadalupe, ubicado en Tlaquilzinapa, a la salida de Tlapa, al término del acto conmemorativo. Las bandas de instrumentos de viento pusieron el marco musical a la movilización.
Es la primera vez en sus 20 años, que Tlachinollan encabeza una marcha de protesta, porque su trabajo ha sido de asesoría a pueblos indígenas, sobre todo en defensa de sus derechos.
Al realizar un balance de la actividad de Tlachinollan, Barrera Hernández señaló que el actual gobierno ha polarizado la vida de los pueblos indígenas, primero porque las instituciones se han alejado más de las comunidades, se han creado aparatos burocráticos para mediatizar a los pueblos indígenas.
Advirtió que ha crecido la criminalización contra los pueblos indígenas y ha aumentado la amenaza hacia sus territorios. Hay intentos de despojo por medio de las concesiones mineras y mediante la construcción de la presa hidroeléctrica. Se está crispando la situación en la vida de las comunidades por el abuso, el saqueo y la complacencia de las autoridades con la delincuencia organizada.
*Con información de La Jornada y Sin Embargo