* Es la continuidad del modelo de Felipe Calderón con militares en las calles, alertan; Preocupa que prevalezcan violaciones a DH
Por Olivia Vázquez Herrera
México, DF, 14 de julio. Durante la presentación del Plan de Seguridad del gobierno, en 2012, Enrique Peña Nieto destacó que las instituciones policiales y de impartición de justicia serían reestructuradas: Propuso la entrega de nuevas atribuciones a la Secretaría de Gobernación en cuestión de seguridad pública y nacional, la reorganización de la Policía Federal y la creación de una Gendarmería Nacional que apoyara las labores de seguridad pública.
Dicha agrupación policial-castrense entraría en operaciones a mediados de este mes y se prevé, estará integrada por 5 mil efectivos cuyos mandos han sido entrenados en México y el extranjero. En este sentido, Fundar, Centro de Análisis e Investigación, publicó hoy el cuadernillo El debate entre políticas de seguridad, democracia y derechos humanos: El Caso de la nueva Gendarmería Nacional, donde presenta las principales preocupaciones de la sociedad civil respecto a la creación de este grupo que estará adscrito a la Policía Federal.
A decir de Fundar, “la nueva Gendarmería es la continuidad del modelo de Felipe Calderón con la que se pretende mantener los militares en las calles”, ya que, el actual gobierno continúa desplegando elementos de las fuerzas armadas en las calles para realizar funciones de seguridad pública y combate del crimen organizado, y con ello, posiblemente continuarían los abusos y las violaciones a los derechos humanos.
Es importante mencionar que durante el sexenio de Felipe Calderón —en el que se militarizaron ciertas regiones del país—, hubo “un altísimo saldo de víctimas civiles y graves violaciones a los derechos humanos”, relata el documento.
Es por ello, que una de las principales preocupaciones de la sociedad civil es la naturaleza castrense la Gendarmería, ya que, en un inicio, se dijo que estaría integrada por militares y efectivos de la Secretaría de Marina (Semar) —aunque esta última se deslindó posteriormente de su participación—. Fundar señala en el cuadernillo que es necesario que los elementos de dicha agrupación policial tengan una preparación encaminada a la seguridad ciudadana que y respete los derechos humanos.
Asimismo, dado que la Gendarmería Nacional estaría adscrita a la Policía Federal, es importante que cuente con un marco jurídico “que evite por un lado cualquier intento de discrecionalidad en la interpretación de sus facultades y atribuciones; y por otro, prevenga la posibilidad de cualquier omisión de abusos graves o incluso, de violaciones a derechos humanos”, precisa Fundar. No obstante, el Centro de Análisis e Investigación advierte que aún no existe información sobre dicho o marco, o que si lo hay, no es de dominio público.
De igual forma, Fundar señaló que las instituciones de seguridad y de impartición de justicia son conocidas por ser “susceptibles a la corrupción y a los abusos contra derechos humanos”, por lo que resulta preocupante que la creación de una nueva fuerza policiaca sólo enmascare el problema fundamental “que está en las entrañas de los últimos modelos de seguridad que no ponen a las víctimas y a las personas en el centro de sus funciones”.