Dice Raúl Vera López, el obispo de Saltillo: “En el camino he aprendido mucho”. El camino es el que ha recorrido con las familias de los 65 mineros de Pasta de Conchos (…), es su convivencia con los transmigrantes aterrorizados que llegan al albergue que él fundó en la capital coahuilense. Es el acompañamiento a las luchas de miles de sobrevivientes y familiares de víctimas de masacres.
“Uno llega a conocer muchas cosas del país real atendiendo a los pobres, atendiendo a las víctimas”. La Jornada