México, DF.- Representantes del Consejo de Comunidades Damnificadas de la Montaña de Guerrero, que articula a más de 100 comunidades afectadas por la tormenta Manuel y el huracán Ingrid, denunciaron ayer en la Ciudad de México que a más de un mes de que inició el desastre natural en Guerrero persisten en los 19 municipios estragos que no han sido atendidos por las instancias gubernamentales, sin que se hayan generado mecanismos para garantizar la participación de las comunidades en los trabajos de reconstrucción.
En conferencia de prensa celebrada en las instalaciones del Centro Prodh, cerca de 40 representantes comunitarios de los pueblos Me’phaa, Na Savi y Naua de la Montaña recordaron cómo las lluvias azotaron la región sin que hubiese ningún aviso previo sobre la magnitud de las tormentas que se avecinaban. Asimismo las y los representantes del Consejo, surgido a iniciativa de los afectados para dar voz a las comunidades, refirieron cómo fue preciso apelar a la opinión pública y a la solidaridad civil para denunciar los daños causados por el meteoro en los municipios indígenas de Guerrero, ante la indiferencia gubernamental que prevaleció los primeros días.
En un corte informativo provisional y actualizado, a efecto de presentar a la sociedad datos de contraste frente al Informe gubernamental que se presentará en breve y con la intención de mostrar que la crisis humanitaria no se ha superado, las y los representantes del Consejo de Comunidades Damnificadas enfatizaron su preocupación en torno al número exacto de decesos, los precarios campamentos, comunidades desplazadas, la reconstrucción de las viviendas, y el desabasto de maíz –principal fuente de alimentación-.
Durante la conferencia los representantes de las comunidades señalaron que los programas sociales no han sido suficientes para su alimentación «no queremos cruzada contra el hambre, lo que necesitamos es maíz, frijol y arroz», ante ello enfatizaron que con la comida enlatada se han estado enfermando.
También denunciaron sobre el uso político de los programas emergentes, pues en el municipio de Acatepec, por ejemplo, autoridades indígenas tuvieron que abrir por la fuerza la bodega municipal donde el Ayuntamiento acumulaba arbitrariamente despensas que la población requería ante el desabasto de los productos de la canasta básica. Igualmente, en prácticamente todos los municipios de la región se ha denunciado que las comunidades que no se adscriben al partido que postuló al munícipe en turno han sido relegadas de los apoyos.
Por su parte, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan destacó que en una región indígena como la Montaña, la atención gubernamental a la emergencia humanitaria y a la reconstrucción deben incorporar pautas de interculturalidad, comenzando por reconocer que son las comunidades y no los ayuntamientos los verdaderos referentes identitarios de la gente, de suerte que éstas componen el tejido social de la región y su plena participación debe garantizarse en la toma de decisiones gubernamentales.
En este sentido, Tlachinollan insistió en que así como se apeló a la sociedad civil cuando se requirió su solidaridad para los acopios, en la fase de reconstrucción se deben abrir espacios para que la misma sociedad pueda efectuar sus labores de observación y contraloría social, pues sólo de este modo se puede inhibir la corrupción.
Se anunció que el Consejo de Comunidades Damnificadas entregará ayer ante diversas autoridades federales la información difundida, a efecto de seguir evidenciando la situación que prevalece en la Montaña.
Finalmente, de manera conjunta el Consejo de Comunidades Damnificadas de la Montaña y Tlachinollan externaron su agradecimiento a la sociedad civil, por las múltiples expresiones de solidaridad recibidas a partir del paso de la tormenta Manuel y el huracán Ingrid. Y reconociendo que el panorama a futuro es sombrío y preocupante, llamaron a la sociedad mexicana a no permitir que se invisibilice la situación de la región y a exigir que se atiendan las causas estructurales que mantienen en la marginación a miles de familias indígenas en la Montaña, pues de lo contrario la temporada de lluvias del próximo año generará de nueva cuentas las mismas afectaciones. Fotos de la devastación