Líderes indígenas denuncian la falta de compromiso y conocimiento del gobierno salvadoreño, que no reconoce la existencia de los pueblos originarios ni les da un lugar dentro de la Constitución.
Los pueblos indios exigen, sobre todo, que se respeten los derechos, costumbres, tradiciones y lugares sagrados que les pertenecen, en vez de usarlos como mercancía turística.